Como se puede ver, más de ciento veinte niños y niñas estuvieron muy juiciosos esperando la llegada de Óscar Rodríguez para conversar sobre la historia
Como algunos apenas lo están leyendo y otros van más adelantados en la lectura Óscar hizo un resumen de los hechos que acontecen en el primer capítulo de la obra, lo cual sirvió para hablar sobre temas de interés de los niños,
Algunos comentaron las situaciones en las cuales habían sentido que pasaban desapercibido, porque alguien no les ponía atención, y se ganaron un botón de recuerdo para no pasar desapercibidos.
Algunas de las gemelas confesaron que a veces se intercambian para jugar bromas a otras personas y que siempre las viven confundiendo.
En esta foto están Sofía y Juliana, quienes dicen que no les gusta intercambiarse, pero no podríamos saber cuál es cuál.
A la mayoría de los niños les encanta leer y manifestaron que les había gustado la historia de Octavio.
Pero aún aquellos que dijeron que no les gustaba leer, porque les gustan más otras actividades como por ejemplo correr, aceptaron el reto de leer en público algunos apartes del libro y lo hicieron muy pero muy bien.
Otros que dijeron tener gusto por la lectura también tomaron el micrófono y deleitaron a los asistentes con las aventuras de Octavio, con gran destreza en el manejo del escenario.
Luego de la lectura vino la sesión de preguntas al autor. Previamente las profesoras habían trabajado en cada curso con los niños y habían seleccionado algunos representantes de cada grupo para formular sus preguntas a nombre de los demás compañeros.
sorprendieron al autor con preguntas interesantes e inteligentes que en varias oportunidades pusieron a pensar al escritor antes de responder.
Algunos y algunas manifestaron que querían ser escritores cuando grandes
La parte final del evento se destinó a la firma de dedicatorias y autógrafos por parte de Óscar en los libros de niños y niñas.
Todos estuvieron muy felices de poder llevarse un recuerdo escrito de esta visita.
Cada cual obtuvo su mensaje personalizado y para los que no pudieron llevar el libro ese día, el autor dejo con las profesoras algunos folletos firmados como recuerdo.